Todo comenzó cuando con tan sólo 5 años, gracias a mi abuela Amancia, (oriunda de Oncala, Soria) que en las tardes de verano, se empeño en que su nieta aprendiera el arte del crochet.
Como era una autentica polvorilla y no paraba quieta, la mejor manera que se le ocurrió fue enseñarme a hacer cadeneta "una verdadera estampa". Imaginaos una cría haciendo metros y metros de cadeneta.
Después llegaron el punto enano, medio, alto, doble.....y así día tras día, terminó transmitiéndome su amor al maravilloso mundo del Crochet.
Después de un largo periodo de convalecencia, volví a retomar el crochet, ya de manera autodidacta y gracias a las nuevas tecnologías, aquí me tenéis.
Nunca podré agradecerle su infinita paciencia y dedicación.
Desde aquí MUCHAS GRACIAS ABUELA, POR TODO EL TIEMPO INVERTIDO EN MI
